Reciclar envases de comida: errores más comunes

Todos conocemos las famosas cuatro R: reducir, reutilizar, reciclar y rechazar. Por norma general, estamos concienciados en el tema de reciclaje. Pero, ¿reciclamos bien? Un estudio que ha publicado Greenpeace este mismo año indica que tan solo el 33% de los residuos que utilizamos en casa se recicla, mientras que el resto acaba en el vertedero. Esto sitúa a España en la cabeza de países europeos que no saben reciclar envases. Por eso hoy queremos hablar de cómo mejorar nuestras prácticas de reciclaje. Estos son los diez errores más comunes que cometemos a la hora de reciclar y cómo podemos evitarlos:

1.- Pizza. Cada vez es más común pedir comida a domicilio y las pizzas siguen siendo la comida rápida favorita de muchas familias. Esta comida llega a nuestras casas en cajas de cartón y, normalmente, la parte inferior queda protegida con un papel vegetal para evitar que la grasa de la comida traspase la celulosa. ¿Alguna vez has pensado para qué sirve la mesita que viene con la pizza? No es una mini mesa para los juguetes, no. También está pensada para que el aceite no toque la parte superior del cartón. Sin embargo, tras el viaje desde la tienda a nuestra casa y la alta temperatura a la que se cocina el aceite traspasa y empapa el cartón. Por eso, las cajas de pizza u otros tipos de comida a domicilio no se pueden reciclar y habrá que depositarlas en el contenedor de residuos orgánicos o basura.

2.- Aceite de cocina. El aceite usado, además de poder reutilizarse para hacer jabones naturales, puede reciclarse. Para ello, tenemos que guardarlo en botellas de plástico o de vidrio una vez enfriado y guardarlas para depositarlas en un punto limpio. En función de la comunidad en la que vivas, habrá un contenedor donde puedas llevar estas botellas. ¡Cuidado! Hay un máximo de litros permitido por cada vez que reciclas y el tamaño de la botella también es restringido. Este buscador de puntos limpios por comunidades autónomas te ayudará a encontrar dónde puedes depositar tus botellas de aceite usado. ¡A reciclar!

3.- Limpia tus envases. Es cierto que en las plantas de reciclaje los productos se someten a limpiezas a altas temperaturas, pero antes de introducir nuestros envases en los contenedores debemos limpiarlos para evitar la contaminación. ¿Por qué? Si introduces, por ejemplo, un tarro que tenía fabada y todavía le quedan restos que no llegaste a limpiar, estos pueden manchar otros tarros que haya en el contenedor. De esta manera, cualquier envase que entre en contacto con algo manchado queda contaminado. ¡Y adiós reciclaje! Tanto trabajo para nada… Ayuda a los trabajadores y al medioambiente y limpia los envases antes de echarlos al contenedor.

4.- Tetrabriks. El tetrabrik de leche, al que con cariño a veces llamamos «cartón de leche» está hecho de todo menos de cartón. Es cierto que la parte de fuera de la caja está hecha de cartón duro, pero para que los líquidos no traspasen y pueda aguantar dentro de la nevera y conservarse fuera de ella, el interior está recubierto de aluminio y plástico polietileno. De hecho, para que estos productos sean duraderos, ¡tienen hasta cinco capas de plástico! Por ello, los tetrabriks de zumo, vino para cocinar, leche, purés, sopas y otros líquidos han de reciclarse en el contenedor del plástico.

 5.- Papel de aluminio. En España utilizamos el papel de aluminio (o papel de plata o albal) para envolver bocadillos y en pedidos de comida rápida. Este material, que a veces protege otros productos que no son de alimentación, es muy endeble y se rompe con facilidad. A la hora de reciclarlo, tendremos que tener en cuenta si hay restos orgánicos en el papel de aluminio. En ese caso, no se podrá reciclar y habrá que tirarlo junto con la basura. Si el papel de plata no tiene restos de comida se puede reciclar y tendríamos que introducirlo en el contenedor amarillo.

6.- Plástico duro: juguetes, sillas, cubos, pinzas de la ropa, utensilios cocina… El plástico tiene muchos componentes y no todos son reutilizables. La mayoría de ellos deben ser depositados en el punto limpio o en el contenedor de basura o de residuos orgánicos. Solo podemos reciclar los envases de plástico de botellas, bolsas de basura, envases que hayan contenido alimentos o productos químicos, tapones y otros envases debidamente etiquetados como reciclables. Si quieres deshacerte de los juguetes, no los tires al contenedor amarillo. Haz como en Toy Story y dónalos a otros niños para que puedan disfrutarlos también. ¡Que no te escuchen Buddy y sus amigos!

 7.- Desodorante. Hay muchos tipos de desodorante. Los dos más conocidos son la versión en spray y la de roll-on. Ambas versiones tienen sus ventajas e inconvenientes. Por un lado, el de roll-on no emite gases perjudiciales para la capa de ozono, pero, por otro lado, la mayoría viene en envases de plástico que contaminan mucho si no se reciclan.  Por ello, es bueno que conozcas que si usas roll-on de plástico o spray de aluminio debes depositarlos en el contenedor amarillo. Si usas roll-on con envase de vidrio, al contenedor verde. Lo más beneficioso para el medioambiente es el uso de la piedra de alumbre: una piedra natural de aluminio que tiene una función antitranspirable para evitar el exceso de sudor. Si no te fías del aluminio, puedes encontrar recetas para hacer tu propio desodorante en Vivir sin plástico o cómpralo en alguna herboristería o tienda de cosmética naturales como en Lush.

 8.- Pañuelos de papel, servilletas y toallitas. Desde pequeños, nos han enseñado que el papel y el cartón se depositan en el contenedor azul. Hasta aquí todo correcto, pero hay excepciones, como un pañuelo con restos biológicos (mocos), servilletas con restos de mermelada o toallitas con restos de maquillaje. Cuando tienen restos orgánicos, siempre hay que depositarlos en la basura o contenedor de restos orgánicos. ¡No se puede reciclar si están contaminados de residuos orgánicos! Y, por supuesto, no tires las toallitas por el desagüe o acabarán en el mar. Tus tuberías te lo acabarán agradeciendo.

 9.- Cristales. Los vasos y las copas rotas no son de vidrio, sino de cristal. La diferencia entre ambos es que el cristal contiene óxido de plomo, por lo que no puede ser fundido en los mismos hornos que el vidrio y, por tanto, es difícil de reciclar. ¿Crees que la mala de Blancanieves dejaría su espejo mágico en el contenedor verde? No. Pues tú tampoco. Déjalo en el punto limpio o en el contenedor de residuos orgánicos o basura. Y los tarros de garbanzos y las botellas de cristal, al contenedor verde.

 10.- Cepillos de dientes. La mayoría de los cepillos son de plástico. Aunque sean así, no son un envase y su reciclaje es más complicado, por lo que van al contenedor de residuos orgánicos o basura. ¿Conoces los cepillos de bambú? Son una alternativa mucho más sostenible para el medioambiente, pero recuerda que, a menos que tengas un oso panda en casa, irían al mismo contenedor.

Aunque estos son los errores más comunes que cometemos en España y las directrices generales, tienes que saber que las normas cambian según tu Comunidad Autónoma. No todas las regiones tienen el mismo número de contenedores de reciclaje ni comparten los colores, por lo que debes informarte en tu ayuntamiento o en la empresa de gestión de basura de tu ciudad y reciclar con responsabilidad. ¡A separar residuos!

Para repensar más:

Celia y Nacho