Ser Mujer en Angola

Una mirada baja, nunca directa hacia los ojos.
La otra agresiva y desafiante.

Un estómago hambriento que devora con ansia un plato de comida ofrecido por las Irmãs.
El otro estómago, lleno de arroz, de pollo y de todo lo que ha ido rapiñando a las «meninas» de alrededor.

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Otra vez esa mirada agresiva y desafiante hacia una niña hambrienta, creyéndose superior por cuestión de sexo…
Y esa sumisión femenina que tanto me quema por dentro.

– ¡¡Dame!!
– Y el tenedor lleno de comida en dirección a una boca hambrienta, cambia de rumbo hacia otra boca ya saciada, que ni siquiera se ha dignado a pronunciar un «Por Favor».

Esto Escandaliza.

Así es la vida de muchas mujeres y niñas Angolanas. Una vida de sumisión absoluta hacia el varón. Tienen que satisfacer al hombre en todas las áreas de la vida, tengan la edad que tengan.  «En todas las circunstancias que se den en la vida, el hombre ha de ir por delante de la mujer»…

Es doloroso enfrentarte a dar una charla (o palestra, como aquí se llama) sobre Educación Sexual a niñas de entre 12 y 18 años, cuando sabes que muchas de ellas son forzadas a mantener relaciones con los hombres de su familia (Padre, Hermanos, Tíos) sólo para satisfacerles.

Es muy difícil intentar transmitir a estas meninas que el hombre y la mujer están a la misma altura cuando, en su casa, en su escuela, en su país la mujer está en un escalón social mucho más bajo que el hombre.

Y en medio de esta injusticia se encuentra un pequeño grupo de 4 mujeres… Mujeres fuertes, mujeres Esclavas del Divino Corazón, mujeres provenientes cada una de una esquina del planeta, que luchan cada día por aportar Calidad a la Educación Angolana.

Porque saben que con Educación se llega a todos lados y se llega lejos, porque tienen su carisma Spínola muy arraigado y son conscientes de que la Educación es la única forma de conseguir la igualdad entre las personas y entre los pueblos.

Elisa Hdez LLorente.