SIEMPRE HAY TIEMPO

IMG-20170719-WA0040¿Qué soy, sujeto u objeto de cambio? Todo cambio surge porque existe el tiempo, y todo tiempo lleva consigo un ritmo.

Esta es una de las preguntas que me surgen cuando intento poner palabras a todo lo que voy viviendo, todo lo que me va emocionando, todo lo que voy recibiendo durante este mes en Asunción.

Quizá te estés preguntando porqué comienzo la crónica hablando del “tiempo”, intentaré que lo comprendas.

Paraguay te sorprenderá por su ritmo, no esperes ir rápido ni con prisa, sino te estarás perdiendo sus calles, su música, sus casas y su gente… No te sientas mal si piensas que “no tienen nada”, (contábamos con que el eurocentrismo viajaba con nosotros) pronto sabrás que ellos tienen algo que ni tú ni yo tenemos, o sí, pero vivimos presos de él, el tiempo.

Desde que llegamos, aprendí que me empapo más cuando voy despacio, me empapo de las hermanas, del barrio, de su olor, su color, su atardecer…

Si algún día decides venir, no dejes de mirar a las personas a los ojos, deja que los niños te agarren la mano y te enseñen eso que ni tú ni yo tenemos.

Dentro de esta ciudad hay un barrio al margen, al lado de todo, hasta de los demás márgenes. Es un margen lleno de calles sin nombres que cobijan incontables hogares con millones de historias. Un margen que lucha por no desaparecer, un margen que no se cansa, un margen que cree, un margen que no se ahoga.Lucía

Hablamos de un margen que nunca será portada, excepto en las próximas inundaciones o elecciones, quizá entonces alguna historia tendrá nombre o quizá entonces el margen ya haya desaparecido.

Si paseas por este margen, llámale “El Bajo”, te cruzarás con sus vecinos quienes te saludarán y regalarán su mejor sonrisa. Si vas un poco más allá, intenta pararte, cuando menos te los esperas estarás subido en un montón de basura viendo el  atardecer más bonito que podías imaginar mientras un niño te pregunta “¿dónde vos vivís el sol también es tan anaranjado?” yo solo puedo responder, “nunca me he fijado, cariño, no tengo tiempo”.

Y entonces, las hermanas me enseñan que hay tiempo, los vecinos que la iglesia está en la calle y los niños que sólo nos queda el amor.

Ten tiempo para ellos, déjate contagiar de su risa, no dejes que tu realidad te ahogue, porque entonces, “no habrá tiempo”.

Y así, después de un mes, me doy cuenta de que soy moldeable, que me estoy haciendo sin prisa, con amor y desde el corazón. Que la educación es la herramienta para generar cambio y que hay tiempo, siempre hay tiempo… excepto para una cosa, para tener prisa.

Lucia Ramírez Burguillos