#YoSiMeAcuerdo de Yolanda Beneito

El voluntariado Spínola ha sido tan especial para los que hemos sido tan afortunados de vivirlo…

Era el momento de darte como te habían enseñado desde pequeña, era sentir que la palabra misionera/voluntaria tenia un sentido que no aprecias hasta que te sientes en la potestad de mirar al sagrario y decir. .. yo lo soy porque así lo quisiste.
Y así  comienzas una aventura tan mágica en la que una frase retumba en tu alma una y otra vez «Talita takumi»… Y te levantas y andas y sueñas y ríes y lloras y tus sentimientos son una montaña rusa en la que la carcajada y el llanto se dan la mano… Esas manos, las de los voluntarios que nunca están solas, siempre hay alguien que las aprieta, un compañero, una religiosa o uno de esos maravillosos niños que nos dieron una cátedra de humildad.

Es trabajo vano querer analizar un voluntariado cuando llegas… Porque tu alma no está preparada para la coherencia, simplemente llega añorando lo que dejó… Pero el tiempo y la oración te ayudan a entender lo maravilloso que puede ser «caminar por la tierra prometida»…

A todos y cada uno de los que decidieron agarrar las redes y salir mar adentro con una sencilla barca que por bandera llevaba la vida de un arzobispo mendigo… Mi más sincera enhorabuena…
Que nunca falten soñadores que hagan grandes los sueños de tantos pequeños…

Hace unos meses en una preciosa vigilia alguien me preguntó ¿voluntaria  porqué?  Y sin darme cuenta respondí: ¿y porqué no?

A los que dudais sobre ir o no… preguntaros simplemente ¿porqué no?

Y marchad tranquilos Dios hará el resto…
Porque 25 años son el punto de salida… Queda mucho por dar… quedan muchas redes que arrojar al mar, queda mucho por hacer… Quedan muchos juegos, muchas caras que pintar, muchas sumas que hacer… Quedan muchas capillas por llenar con oraciones repletas de esperanza y sobre todo… quedan muchas personas con ganas de sembrar….

Hasta siempre familia!

Yolanda B.S